Querida abuela....

Dos margaritas
12 de Febrero de 2016

¿Lo recuerdas?

Estabas pasando unos días con nosotros. Al vivir en ciudades separadas, pasábamos largas temporadas sin vernos, pero coincidió que estabas en casa.

La tarde anterior, estuve contemplando tu larga melena plateada, mientras la peinabas y hacías aquellas trencitas que luego enroscabas en un moño, con una agilidad que me dejaba pasmada. Me parece verte, de nuevo,  sentada en una silla bajita, con una palangana al lado y aquel peine que tenías, tan curioso, con unas púas diminutas. Estábamos sentadas a la sombra, en el jardín de casa y hacía una tarde preciosa.

Al día siguiente, me iba de viaje y te lo hice saber. Estuvimos hablando y recordando escenas del pasado. Hablamos de la familia, de los que estaban, de los que ya se habían marchado.....   Hablamos largo y tendido. Fue una tarde, como puedes ver, inolvidable.

Siempre decías que "eras de poco dormir" y a la mañana siguiente, pude comprobar que tenías razón; a pesar de la hora tan temprana, estabas despierta cuando entré en la habitación para darte un beso antes de irme. Hablamos un ratito y con un "pásatelo bien" y un "adiós abuela" nos despedimos.

Era sábado; había planeado un viaje de fin de semana y tenía previsto regresar el lunes por la tarde. Todo listo; cogí mis cosas, cerré la puerta y me fui.

Me fui feliz con mis veinte años, con "mi chico" y con unas ganas locas de disfrutar de esos pocos días. Jamás hubiera imaginado, que aquel, era nuestro último beso; aquella, nuestra última conversación; aquel...  el último adiós.

A mi regreso, quería contarte mi viaje con pelos y señales, pero...

Ya no estabas en casa. Me pusieron al tanto de lo sucedido y me fui directa al hospital.

Seguí viéndote cada día, al salir del trabajo, hasta que mis padres decidieron trasladarte donde sabían que deseabas estar; en el pueblo, en tu casa con la tía y los primos. Así se hizo. Me duele el alma al recordarlo, es más, prefiero omitir los detalles. Te diré que, de aquella habitación, solo deseo recordar tu carita dormida y el olor a romero que invadía toda la estancia. La angustia, el dolor, la incertidumbre, la despedida...  prefiero dejarla en el olvido.

Abuela, he recordado, muchas veces, aquella mañana en que nos despedimos sonriendo, y después de tantos años, he descubierto algo: que ni fue el último beso, ni la última conversación, ni el último adiós.

Porque, no sé si lo sabes, pero hubo muchos más besos aunque tú ya no eras consciente de ellos. Me gusta pensar que, de algún modo, pudiste sentirlos y te fuiste sabiendo cuánto te quería.

Y ahora, en este preciso instante, a las 0.38 horas de una noche fría con un increíble cielo estrellado, me ha parecido el momento perfecto para conversar, de nuevo, contigo.

Abuela, sé que tu vida fue de todo, menos fácil. Te casaste y enviudaste casi al mismo tiempo...   dieciocho años recién cumplidos...   embarazada de un niño que no pudo conocer a su padre...    aquellos tiempos...    hambre y miseria por todos lados...    años muy duros...    un día, cuando menos lo esperabas, llegó alguien a tu vida...    tengo que confesarte: que he sabido de pocos encuentros tan románticos como el vuestro...   un pozo...    un joven apuesto...    un caballo que necesitaba beber...    no había con qué darle agua...   miradas que se cruzan...    mejillas que se sonrojan...   y el joven se quita el sombrero, lo llena de agua y da de beber al caballo...   ¿cómo no te ibas a enamorar? Abuela, yo también me hubiera enamorado.

El final de la historia, aunque, me consta que no se lo pusiste nada fácil al abuelo, fue una boda.

Los tres formasteis una familia que siguió aumentando con los años; llegaron tres hijos más. En total, dos varones y dos hembras;  cuatro hermanos y un mismo padre para todos, porque así lo decidió el abuelo.

Querida abuela, me contaste ésta historia, tu historia, un día cualquiera de hace muchos años, en la cocina de casa; tú, cosías y hablabas, sentada en una silla; mi madre, planchaba; y yo sentada encima de la trébede, al lado de la tele, simplemente escuchaba ¿te acuerdas?. Después, aquella misma tarde, te conté que estaba conociendo a un chico y aún sonrío al recordar cuando me dijiste aquello de "con los hombris hay que tenel muchu cuidaitu".

Tenías razón abuela. De todos modos, que sepas que me casé con él y tuvimos dos chicos estupendos.

Por cierto, uno de mis hijos está esperando un bebé. Sabes lo que quiero decir ¿verdad?; pues eso, que voy a ser abuela y tú, tatarabuela. Ya ves, la magia de la vida sigue funcionando por aquí abajo; se va llevando de nuestro lado seres que amamos, pero por otro lado, nos bendice con otros igual de maravillosos. Doy gracias a Dios cada día por este perfecto equilibrio.

En fin, abuela; posiblemente ésta, sí sea nuestra última conversación (por el momento); por eso, deseo aprovechar este instante, para darte las gracias por todo lo que aportaste a mi vida; para decirte, que pese a la distancia que existió siempre entre nosotras, por vivir en lugares diferentes, mi padre, tu hijo, compartió conmigo muchas de tus vivencias y gracias a ellas pude conocerte mucho más a fondo, amarte y admirarte. Gracias a él supe de tu fuerza, de tu tesón y de tu entereza como mujer y como madre. Muchas gracias abuela por todos los momentos que compartimos, fue un auténtico placer coincidir contigo en esta vida; y, no me gustaría despedirme sin que sepas, que a través de tí, llegó a mi vida uno de los mayores regalos que el Universo me ha dado: mi padre; nunca tendré palabras suficientes para agradecértelo.

Ahora, pasados los años, me gustaría poder sentarme contigo como antaño; pero, me temo que tendremos que dejarlo para otra ocasión y para otro lugar, porque he decidido que hoy, tampoco te voy a dar el último adiós; lo voy a dejar en un simple "hasta que Dios quiera" y volvamos a coincidir.

P.D. Querida abuela: mil besos, mil gracias y hasta entonces.

Alguien como tú

 

 

 

 

 

 

Comentarios  

0 #2 Alguien como tú 22-02-2016 22:27
Cito a J. Rodrigo Espada:
Gracias por hacerme soltar unas lagrimas prima

Gracias a tí por dedicar parte de tu tiempo a seguirme.
Citar
+2 #1 J. Rodrigo Espada 13-02-2016 22:25
Gracias por hacerme soltar unas lagrimas prima
Citar

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar

LO QUE ME HUBIERA GUSTADO DECIR Y NO DIJE NUNCA POR VERGÜENZA O SIMPLEMENTE DEJÉ PARA OTRO DÍA

Alguien como tú

Esta web utiliza cookies para ofrecer una mejor experiencia y servicio. Si no eliges una opción, entendemos que estás de acuerdo. Para encontrar más información acerca de las cookies, ver Aviso Legal.

  Acepto las cookies de esta Web.
EU Cookie Directive Module Information