Ahora creo entender

Cofre con una rosa
16 de Diciembre de 2015

22.15 horas. Calculo que tendría trece o catorce años; no lo sé con exactitud. Ni qué decir de la fecha, imposible recordar. Por eso lo dejo en un día cualquiera tiempo atrás...

Ese día, me despierto feliz con una sensación muy agradable. No recuerdo lo soñado, pero esa sensación se ha apoderado de mí y seguro que algo tiene que ver con el último sueño de la noche. Me siento pletórica; se me antoja que el Universo entero me está observando; que está pendiente de mi reacción.

Huele a café recién hecho, eso quiere decir que mi padre ya se ha levantado. Ese aroma familiar invade la casa todas las mañanas inundando cada rincón y me encanta. Huele rico y me ayuda a despertar. Aprovecho esos últimos minutos en la cama, maravillosos por cierto, exprimiéndolos al máximo antes que mi madre me recuerde qué hora es. Y hablando de recordar, de repente me llega un flash, luego otro y así comienzo a revivir el sueño.

Voy caminando despacio con la vista clavada en mis pies y en el suelo que piso. Una luz tenue ilumina todo, por lo que, me inclino a pensar que está atardeciendo. Recorro un camino estrecho. Percibo perfectamente la textura de la tierra y las piedras bajo mis pies. Soy consciente en todo momento de mi caminar y del terreno que piso, también de los sonidos que hacen mis zapatos al impactar contra el suelo. Esquivo algunas piedras por su tamaño, no son demasiado grandes, pero sí lo suficiente como para hacerme daño si piso encima suyo. Hay un gran silencio, sólo se escuchan mis pasos y el crujir de éstos. Camino durante largo rato hasta que percibo justo delante de mis pies una moneda, una moneda desconocida, que no sé ubicar en ningún país. Me inclino para recogerla y antes de ponerme en pie descubro otra un poquito más adelante, semienterrada. Muevo la tierra para sacar ésta última y aparece otra y otra y otra más. Me pongo de rodillas en el suelo y comienzo a ahondar con mis manos en él. Cuanto más profundizo en la tierra, más monedas encuentro; aquello parece no tener fin.

Sin duda me encuentro ante un tesoro y me siento feliz; pero es muy curioso, pues desconozco el valor de las monedas, es más, no sé si tienen algún valor. Creo que mi felicidad se debe al simple hecho de haber hallado el tesoro, de haber encontrado algo hermoso, algo que estaba oculto, a la espera de ser descubierto y sacado a la luz. Siento que no quepo en mí de gozo y de pronto... Despierto en mi habitación oliendo a café.

Ese sueño se repitió de nuevo al cabo de cierto tiempo, exactamente igual que la primera vez. Presentía que tenía algún significado importante para mí, aunque no acertaba a descifrar lo que era. Lo he recordado muchas veces sin apenas intuir y ha sido necesario que pasen los años para encontrarle algún sentido. Ahora creo entender.

Después de terminar el que ha sido, hasta ahora, mi último trabajo, y caminar un tiempo sin rumbo, sin brújula y un poco desorientada, he hecho un alto en el camino. He mirado hacia adentro y creo haber encontrado mi tesoro particular. He comenzado a escribir y lo hago por puro placer. He dado un rumbo nuevo a mi vida totalmente insospechado, sin saber siquiera, si esto que escribo será leído alguna vez por alguien. No importa, al igual que en mi sueño, mi felicidad radica en haber descubierto algo bello que estaba oculto en mi interior y que me hace disfrutar intensamente, cada segundo, sin importar el resultado final. Lo dicho, puro placer.

Desde aquí, animo a todos, a detenernos un momento, cerrar los ojos y en silencio, intentar escuchar la voz interior que nos habla; esa que la mayoría de las veces intentamos acallar, hacemos oídos sordos o, sin más, ignoramos. Esa voz es muy sabia y sin duda nos ayudará a descubrir nuestro propio tesoro (si aún no lo hemos encontrado). Cuando lo descubres, todo adquiere sentido en tu VIDA, te sientes conectad@ a todo cuanto te rodea, entiendes porqué estás aquí, en este mundo. Cada uno de nosotros es portador de uno y está agazapado, esperando ser descubierto; ánimo, solo es cuestión de confianza y de tiempo.

Y ahora, hablando de placeres y de café; me voy a preparar uno calentito, para tomarlo mientras releo lo escrito. Buenas noches. Feliz búsqueda y feliz hallazgo.

Alguien como tú

 

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar

 DESNUDANDO EL ALMA, MIENTRAS NAVEGO POR UN MAR DE SUEÑOS Y SENTIMIENTOS.

Alguien como tú

Esta web utiliza cookies para ofrecer una mejor experiencia y servicio. Si no eliges una opción, entendemos que estás de acuerdo. Para encontrar más información acerca de las cookies, ver Aviso Legal.

  Acepto las cookies de esta Web.
EU Cookie Directive Module Information